La impotencia o disfunción eréctil es un trastorno masculino que afecta a muchos de los varones en la sociedad actual. Están tipificadas diversas causas que pueden acarrear esta disfunción, (así como diversos grados de afectación), entre las que podemos realizar dos primeras diferenciaciones: las de etiología física y las psíquicas.
Las primeras son mucho más comunes que las psíquicas, dándose además el caso que en estas últimas, el trastorno suele durar un tiempo, pero después de asumido el trauma que lo produjo, el paciente recupera la normalidad. En las causas físicas, puede ser aviso de una futura patología coronaria que puede afectar a posteriori, incluso varios meses más tarde. En casos especialmente de varones fumadores, con hipertensión y niveles altos de colesterol, la cosa se complica, porque a veces, sus cardiólogos recetan a estos pacientes medicaciones, como los betabloqueantes, que si bien tratan el problema coronario, los efectos secundarios de éstos, pueden ser adversos a una vida sexual plena, favoreciendo en algunos casos la aparición de una disfunción eréctil. Cuando el problema perdura en más del 25% de intentos, se puede hablar de impotencia.Pero, ¿cómo solucionarlo sin agredir otras funciones orgánicas? ¿Cómo se puede recuperar una vida sexual plena, a partir sobre todo de una cierta edad? ¿Cómo se pueden conciliar trastornos vasculares, con afectación del miembro viril sin agredir al resto de nuestro organismo? O lo que es lo mismo, ¿qué terapia natural nos puede dar una respuesta?
La apiterapia o terapia utilizando el veneno de las abejas (apitoxina) y otros productos de la colmena, se perfila como una solución por su potencia. No olvidemos que estamos ante un veneno fabricado naturalmente por unos animales que son pura energía, y esa energía nos la transmiten en su veneno. Por eso es un potente reactivo ante problemas de este tipo. Pero, ¿qué efectos produce el veneno de la abeja en el organismo? Aquí expongo algunos de sus muchos beneficios, tras ser analizado rigurosamente en laboratorio.
Mejora la calidad de la sangre, eliminando las sustancias tóxicas (como la colesterina).
Aumenta el suministro de oxígeno a los tejidos del cuerpo.
Expande los vasos sanguíneos, pues actúa como un potente vasodilatador.
Disminuye el ritmo cardíaco, con lo cual, la sensación de fatiga es menor y más tardía.
Baja la presión arterial.
Reduce la conductividad atrioventricular.
Mejora los impulsos de la fibra nerviosa.
Es el antibiótico más potente de los que actualmente conocemos, y además, es natural.
Dilata los vasos capilares, acelera e intensifica la circulación sanguínea.
Tiene acción hemolítica, plasmolítica y circulatoria.
Aumenta los nitrogenados en la orina.
Estos son sólo algunos de los beneficios que nos reporta la utilización de la apiterapia y sus beneficios son palpables desde casi el comienzo de esta terapia.
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